Es curioso que surjan comentarios que critiquen las iniciativas que permiten crear riqueza porque no revierten impuestos al gobierno (que ha sido incapaz de fomentar el empleo). Es cierto que todos nos beneficiamos de las infraestructuras existentes, pero también lo es el hecho de que se están creando infraestructuras paralelas independientes que ahorran recursos al estado. Las redes de ayuda mutua están empezando a optimizar y redistribuir los recursos, de modo que las necesidades se solucionan localmente sin que tenga que intervenir el estado.
Creo que estamos asistiendo al inicio de una descentralización del poder, en la que la gente se empieza a organizar en grupos y redes de beneficio mutuo, ya que el paradigma de poder jerarquico ha demostrado llegar al límite en cuanto a gestionar un “estado de bienestar” para todos.
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Por: Rafa Pérez
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